The Comeback

Por: Juan Daniel Macias Bueno 

Nada como volver a las letras después de más de 3 meses sin escribir. Prepárense para una jornada nocturna maratónica sobre psicología educativa. Como es costumbre, iniciamos hablando un poco de lo que he hecho en el día, pero como estaba ligeramente perdido, debemos remontarnos hasta agosto, mientras pensaba en cómo haría mi siguiente entrada, en clase hablábamos de los retos del psicólogo educativo, y al parecer fueron tantos, que quede aturdido y los abandone, lo siento.

Fuera de bromas, en medio de un pais polarizado y con múltiples problemáticas, parece que hablar de retos de una profesión no está en el orden prioritario del día, pero ¡OjO! esto pasa porque, en medio de nuestra búsqueda implacable de culpables, no priorizamos las soluciones, las propuestas de cambio que pueden ayudar a que, aun en este contexto poco predecible en el que vivimos, la sociedad mejore a futuro. Sí, sí, acá hablo de cambios generacionales, que seguro no alcanzaremos a vivir, pero los cuales podemos construir, recuerden que los cambios estructurales no se dan de un momento a otro, el foco debe estar dirigido a esas coyunturas, que a largo plazo transformarán nuestras realidades.

¿Y qué papel cumplen los psicólogos y la psicología? Lo primero que podemos pensar, casi por obviedad, está en la función social que cumplimos como científicos sociales, esto es todas nuestras disciplinas. Ya un poco más centrado, desde lo psicológico y lo educativo, es el trabajo con los colegios y estudiantes los que más pueden motivar el cambio necesario. La psicología educativa, al actuar como puente entre la pedagogía y la psicología, es a su vez un puente entre las necesidades sociales que se redescubren en los espacios escolares, y las soluciones interdisciplinarias que pueden ofrecerse. 

De forma específica en Colombia, esta visión de la psicología educativa es muy vaga, y poco extendida. Los vacíos están desde lo académico, hasta lo cotidiano, no es apreciado, valorado, ni institucionalizado el papel transgresor de estos profesionales. Se requiere la superación del individualismo metodológico y del reduccionismo psicológico, esos complejos tan comunes en la academia tradicional. De hecho, recordé que hablando con mi prima, que es psicóloga educativa, conversamos sobre el desconocimiento del psicólogo educativo, tan grande que aún podemos encontrar rectores que creen que todas las actividades de recreación y bienestar son tarea predilecta de los psicólogos de las instituciones, o que sus oficinas deben transformarse en espacios de consulta clínica, un error, pero sigamos. 

Si bien el trabajo de la psicología educativa no es exclusiva del ambiente escolar, tampoco puede extralimitarse de su campo de aplicación, la mejor opción para esto es el trabajo interdisciplinar, pues las diferentes disciplinas pueden apoyarse de formas que aún no nos hemos dado el chance de conocer, y esto puede aportar a solventar estos retos cotidianos. Por último, la invitación es a que analicemos qué papel le damos a esta disciplina en nuestro día a día, y a que pensemos o si quiera consideremos, que de ser bien aprovechada, su función transformadora puede impactar de forma positiva a nuestra sociedad.

Hasta dentro de unos minutos, sí, recuerden la jornada maratónica, a razón de mi 'poca adaptación' a estas metodología jajajjaja


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