Por: Juan Daniel Macias Bueno
¿Qué mejor inspiración que un viaje, Manchas (mi perro) a mi lado, y unos lindos pollitos pidiendo comida? La respuesta, en mi caso, es sencilla: Nada, era esto lo que deseaba hace meses por muchas razones, ver a mis papás, a mis mascotas, un clima diferente, estar en un lugar donde me organizo mejor, y ahora, un lugar donde he decidido enfocarme en mí. Y aquí estoy, sentando en el patio de la finca de mis padres, en Villanueva - Santander. Pero no solo eso, el volver a la finca me recuerda tantas cosas, felices y no tan felices, pero hay una que no puedo sacarme de la mente -en especial por las materias de la U-, mi época escolar. Recuerdo mis mañanas cantando el himno, y mis tardes caminando una hora de vuelta a casa. Algo en especial me molesta (creo), el olvido estatal que tenía mi colegio, pues como era rural y había pocos estudiantes, nunca le asignaron algo que para mí es tan preciado en una institución, un psicológico educativo, y por extensión, tampoco enfermería. ¡Ayyy Colombia, sin palabras!
Pero, ¿qué es lo que me hizo recordar esto? pues Gustav (el profe), encerrado en su filtro de Polaroid de los 90; ¡Como me divierto viendo eso XD! Esta semana, por ejemplo, hicimos un Taller, creo yo que con la finalidad de ponernos a prueba, de constatar que somos estudiantes de octavo semestre de Psicología. Reflexionamos en torno a la sexualidad, la convivencia y el fracaso escolar; por supuesto en el contexto de los niños, niñas, jóvenes y adolescentes. Con una actitud cooperadora, los 5 -el equipo de esta materia- desenfundamos nuestros conocimientos, y aún más pertinente, nuestras opiniones y reflexiones sobre estos tres temas en nuestra sociedad. Al final debimos enfocarnos en una de las problemáticas, escogimos sexualidad, en especial lo relacionado con la educación sexual, tan ausente en nuestro modelo educativo, y tan invisibilizado por los tabúes de ciertos sectores de la sociedad. Más que un aprendizaje, me quedo con un descubrimiento, el de mi capacidad de análisis en estas situaciones.
Estas son las actividades que considero más provechosas, porque más que aprender teorías y técnicas, es la capacidad de reflexionar, de activar nuestro pensamiento crítico y abstracto, la que nos ayudará a lidiar de una mejor forma con esta sociedad tan desvirtuada, en la que en menos de 10 días han asesinado de forma burda y condenable a 16 personas, precisamente niños, niñas, jóvenes y adolescentes. Esto solo me trae a la mente las palabras del psiquiatra Karl Menninger, "Lo que se le hace (den) a los niños, ellos le darán a la sociedad". Pero ¿qué les estamos dando? Más allá de una política pública ineficiente, y un país que parece, cada vez más, atrapado es un oscurantismo cultural y social. Desde mi punto de vista, no veo algo concreto, no percibo un cambio cerca, aun así, no crean que mi pensamiento se está tornando fatalista, siempre me cuido de eso.
Bueno, se me olvido contarles que estoy haciendo cuarentena en casa de mis papas por aquello del viaje y del covid, así que comenten lo que quieran, que el responderles me entretiene. De pronto la semana que viene discutamos sobre que deberíamos hacer, desde nuestras posiciones, para ayudar, ¿no creen? Esperemos.
Los quiero, Juanda.
Nota aclaratoria: me parece apropiado hacer esta nota por comodidad de Uds. Este blog lo he tomado a forma de diario, y quiero que cuando lo lean, sientan que están hablando conmigo, que estamos discutiendo en torno a mi aprendizaje de Psicología Educativa, pero también en torno a lo que acontece en nuestro contexto, semana tras semana. Por esta razón, a veces me pierdo mucho, pero trato de regresar al hilo conductor. Ya establecidas las reglas de juego, como dice la profe Marjorie, nos leemos la próxima semana.
Les dejo el enlace de mi entrada anterior: https://psiedubitacora.blogspot.com/2020/08/volvi-la-u-y-me-encontre-con-la.html
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